Fino Oyonarte «Arrecife»

10 de febrero de 2023
Vinilo 12"

Hay algunas canciones que siempre, invariablemente, me hacen llorar. Da igual cuántas veces las escuche. Si presto atención a la letra -y me cuesta escuchar música que me gusta sin prestar atención a la letra- me empiezan a brillar los ojillos. Empatizo con ellas de esa manera, visceral e involuntaria, porque me hablan de mí. Hablan de la Muerte, del Amor y del Paso del Tiempo, como el 90% de canciones que merece la pena escuchar en esta vida. Pero, en el fondo, siempre, y sobre todo, hablan del Amor.
De su presencia, de su ausencia, de su fragilidad. Son canciones como “The lady with the braid”, de Dory Previn; “First day of my life”, de Bright Eyes; “Te recuerdo, Amanda”, de Víctor Jara; “Vou veri-vou”, la nana tradicional que me cantaba mi madre; y ‘Huellas en el tiempo’, del disco de debut de Fino Oyonarte. Que un homenaje tan directo y descriptivo al amor que se tenían sus padres pueda emocionar a cualquiera que lo escuche, aunque no haya conocido a sus protagonistas, es la prueba de que esa canción ha logrado traspasar las fronteras de la confesión personal para convertirse en patrimonio de su audiencia, en algo mucho más grande. En Arte, con mayúsculas.

Fino ya tiene su nombre grabado en la historia del pop español por ser el bajista de Los Enemigos o por haber producido el disco de debut de Los Planetas, además de muchos otros proyectos y colaboraciones. Pero su verdadero legado inmortal, el que descubrirán y admirarán generaciones venideras, va a ser, para mí y para quienes compartan nuestra percepción de la belleza, el material que está escribiendo, grabando y publicando ahora en solitario. Primero, con “Sueños y tormentas”, su disco de debut, y ahora con “Arrecife”, una nueva colección de canciones que enlazan y conectan directamente con la atmósfera e incluso la temática del disco anterior. Igual que hemos recuperado joyas escondidas de los 60 y los 70 que son ahora discos esenciales en nuestras colecciones, estos discos se van a convertir en objetos de culto desde el mismo momento de su publicación. Son discos honestos, sencillos, hermosos hasta decir basta, en los que Fino se desnuda emocionalmente y nos abre de par en par las puertas a su mundo interior, sus intereses y sus preocupaciones. “Voy pasando por la vida con mi fragilidad”, nos canta. Y entre esas preocupaciones destaca, por encima del resto, la conciencia del paso del tiempo y de sus efectos en nuestras vidas y en nuestras relaciones. El tiempo pasa rápido, y tenemos que aprovecharlo. “En cualquier momento todo puede cambiar”.

Son canciones sobre sueños perseguidos, cumplidos y por cumplir. Sobre las raíces, que nunca se sueltan del todo, sobre la huida en busca de la aventura y sobre el retorno al hogar, aunque ese hogar ya no sea nunca el mismo que se abandonó ni tú seas ya, tampoco, la misma persona que se marchó. La nostalgia por un tiempo que fue feliz, y la alegría al reconocer la fortuna de haber vivido -¡y de vivir!- en un entorno marcado por el amor profundo. “Yo no sé, ni sabré, ni quiero saber, por qué me has elegido a mí”.

Durante el proceso de grabación de estas nuevas canciones, los padres de Fino fallecieron, uno después del otro, en un plazo muy breve de tiempo. Sus figuras están muy presentes en todo el disco pero, paradójicamente, la sensación que te deja su escucha es de optimismo, de esperanza, de alegría, de ganas de vivir, de querer a la gente que tenemos cerca y de disfrutar al máximo de cada momento, durante todo el tiempo que podamos. Con humildad, pero también con la conciencia de haber hecho un trabajo redondo. Como dijo José Ignacio Lapido en su biografía: “quizá el mundo no necesite este disco, pero yo sí”. Y yo también, Fino, y yo también.

“Arrecife” es más luminoso -también más rítmico y más dinámico por momentos- que “Sueños y tormentas”, pero su armadura sigue siendo la misma: acústica, natural, sencilla, precisa. No falta ni sobra ningún detalle, están los que necesitan las canciones para ser perfectas. Ha contado de nuevo con la ayuda de César Verdú en la producción y con los arreglos de cuerda de Philip Peterson arreglista norteamericano que ha trabajado con Lana del Rey, St Vincent o incluso Lady Gaga pero que, en el caso de Fino, recuerdan más a lo que hacía Robert Kirby con las canciones de Nick Drake.

Hablando con Fino sobre el disco, me mencionó influencias que iban de Cioran a Bertrand Russell, de los Beatles a Leonard Cohen o a Elliot Smith. Pero, de todo lo que hablamos, lo que en mi opinión refleja mejor el sentimiento global de “Arrecife” es el “Último Fragmento” de Raymond Carver, un poema escrito cuando el poeta sabía que le quedaban pocos meses de vida, que cierra su último libro y está grabado sobre la lápida del escritor:

¿Y conseguiste
lo que querías en esta vida?
Lo conseguí.
¿Y qué querías?
Considerarme amado, sentirme
amado en la tierra.

Y a mí me parece que el bellísimo cierre de “Arrecife”, dedicado a su padre y al común recuerdo de su madre, merece también que algún día, dentro de muchos años, se graben estas palabras en el frío mármol de una lápida a la que nunca deberían faltarle flores:

Las luces se apagan, terminó la función.
Nunca es buen momento para decir adiós.
La vida es un sueño.
La vida es un sueño

Joan Vich Montaner
El Puerto de Santa María – noviembre, 2022

 

Fino Oyonarte: guitarra acústica, guitarra eléctrica, piano, OP1, voz y coros
Alfonso Luna: batería y percusión
Caio Bellveser: bajo eléctrico y contrabajo
Xema Fuertes: guitarra eléctrica
Raúl Bernal: órgano Hammond y mellotrón
Pepe Andreu: fliscorno
Nacho Olivares: Farfisa, sintetizador Juno y percusión
Joaquín Pascual: órgano Korg y piano
César Verdú: percusión
Cristina Plaza: voz
Phillip A. Peterson: violonchelo y arreglos de cuerda
Victoria Parker: violín
Silvia Pérez-Madero Oyonarte: violonchelo
Ana Galletero: violín
María del Mar Oyonarte: voz